Deudas Afectivas

El verdadero desafío que enfrentamos como adulto no es Aprender, sino DesAprender…. y cuando expreso  d e s a p r e n d e r me refiero a todo lo que nos implica, personas, circunstancias, cosas, aquello que ya no resulta saludable para nuestros días, para nuestra vida.

Y por saludable me refiero al modo adulto, aquel que elije estar libre de deudas afectivas, y sabemos por experiencia – al menos desde mi propio metro cuadrado – que hay una tendencia más Humana que Ser de asumir deudas para poder sobrevivir, de alguna manera u otra, siempre estamos asumiendo a préstamos y bajo ciertas condiciones compromisos de todos los colores, financieros, emocionales, vivenciales, etc.

Cuantas deudas afectivas y sentimentales cargamos y arrastramos a lo largo de nuestros daños más que nuestros años, nos justificamos a través de nuestra historia, excusamos que somos de determinada manera porque somos así y punto, conoces esta expresión.. “YO SOY ASÍ”…. Seguro que lo conoces, es el decreto más popular y limitante que nos podemos adjudicar a nosotros mismos, es una creencia de confort, una jaula disfrazada de casa, es algo así como… estoy bien aquí o quizás no, pero es mi casa, yo mando aquí. Y eso directamente cierra posibilidades, o mínimamente las limita, y desde allí se genera otra entidad emocional.

Las deudas afectivas como toda buena “deuda” generan intereses, en donde los porcentajes implícitamente lo definimos nosotros, incluso en ocasiones queremos que otras personas o nos ayuden a pagar “la cuenta” o mejor aún si la pagan por nosotros. He aquí mi invitación, la elección más valiente que nos podemos ejercer como adulto es ir cancelando nuestras deudas afectivas, no basta con ponernos al día para hacer buena pinta y luego pedir otro crédito por montos más grandes, o refinanciarlas para pagarlas mejor, sino cancelarlas y vivir como adultos responsables, con lo justo y con lo necesario.

Ante el desafío, “con fecha de promesa de pago”, es imprescindible mirarnos, sentirnos y desde allí elegir, es revolucionarnos, hacer el duelo por quienes estamos dejando de Ser y prepararnos para ser lo que queremos Ser, es permitirnos sentir dolores, malos ratos, molestias, es autorizarnos a vivir las emociones, y sensaciones con la auténtica convicción de que también eso pasará y será retro, generará una nueva experiencia, una nueva actualización personal, así como las que nos los pide nuestro Smartphone cada tanto.

Elecciones esenciales para el proceso, dirige, ordena, clasifica por color, tamaño y/o medida tus ideas y tus pensamientos, no te quedes con la PRE-ocupación, OCUPATE; luego asígnale un significado, es decir, sentíte, desde que sensaciones o emociones elegís lo que elegís, y teniendo en cuenta eso, decidí, llévalo a la acción, no pesa lo que nos pasa, es lo que hacemos con lo que nos pasa lo que nos pesa, pues bien o no, somos únicamente nosotros quienes elegimos como cargar la mochila.

Hay que saber permitirnos trabajar internamente para ser las personas que elegimos ser, hay que saber hacer de los días un buen lugar para vivir.

Si pago mi deudas emocionales y afectivas, no llevo gastos fijos en mi día a día y entonces puedo elegir invertir lo que tengo en lo que quiero y/o con quien quiero.

¿Qué deudas afectivas estás dispuest@ a pagar y cancelar para volver a ser vos mismo, vos en modo adulto?

Atentamente.

ArteSanaMental

 

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Héctor

    Mi querida Lujan… palabras precisas y profundas, aprecio y te agradezco el compartir gracias por este regalo..!!

    1. Talento

      Muchas gracias Héctor! Aprecio el tiempo que te tomaste para dejarnos tu comentario.

Comentarios cerrados.