Buscar Salvadores VS Encontrar Aliados Estratégicos
Cuando leemos o escuchamos el término CONSULTOR, comúnmente lo asociamos con alguien que nos “Dirá qué hacer” pues como lo adelanta la misma expresión, sería a alguien al que le consultaríamos qué hacer, o qué no hacer más para obtener resultados distintos.
Sin embargo la descripción operativa del Rol del consultor implica otros procesos que van más allá de la mera consulta, quizás bastante distinta a la fantasía auspiciosa de querer que nos solucione una crisis circunstancial por la cual lo convocamos.
El consultor NO es un Gurú de la organización, no es alguien que vendrá con sus atuendos de Superman (Súper varón) o Wonder Woman (Mujer Maravilla) a “Decirnos qué hacer” en nuestros respectivos metros cuadrados.
El Consultor es un Ser Humano con luces y sombras como cualquier persona, particularmente no soy partidaria a utilizar el término “Experto/Experta”, sin embargo comúnmente veo y escucho que se utiliza esta expresión terminológica para representarlos. Y lo expreso así en modo disociado, pues no me identifico ni adhiero a dicha expresión, no creo en los expertos y me hago cargo de dicha creencia.
Lo que sí creo es que un consultor es un profesional (sabe lo que hace) que mediante la adquisición de las competencias de liderazgo personal, comunicación y trabajo en equipo, es capaz de identificar información pertinente, de manera que le permita analizar factores a partir de hechos concretos y situaciones, para elegir de manera responsable, entre diferentes alternativas las opciones de solución, proporcionando una mirada interpretativa ante un determinado momento, pero considerando la factibilidad de su implementación, por ello el término Aliado Estratégico es más consecuente en el ser y hacer del consultor, pues es un “Agente de Gestión del Cambio”.
Un aspecto relevante en el “know how” del profesional consultor es lo ancho de su recorrido personal y profesional, desde mi criterio ni tanto lo largo, sino lo ancho, es decir, lo que aprendió y adquirió en su recorrido, pues no siempre es garantía de calidad los años de trayectoria, sino más bien la capitalización de esas experiencias, y de cómo las aplica en gestiones tanto personales como profesionales.
El propósito genuino de un/a consultor/a, es lograr que la organización encuentre por sí misma y en sí misma las respuestas a las cuestiones que le preocupan y/o quebrantan en un momento puntual, en una crisis organizacional.
De hecho el uso del término «consultoría» aplica para referirse a este tipo de asesoramiento y acompañamiento, pues el consultor “NO RESULVE CRISIS” sino más bien, Contribuye desde criterios objetivos y técnicos a ser parte de la solución, se convierte en un Aliado de Gestión Estratégica, para subsanar una crisis se involucra al cliente desde el principio del proyecto de consultoría, me gusta pensar que “las soluciones se cocinan en casa del cliente y con el cliente; porque para hacerlo saludablemente no se permite ni el catering ni el delivery”, todo se cocina en el propio metro cuadrado, dentro de la empresa, de la organización.
En última instancia, es la propia organización la que debe tomar la decisión de hacer o no el esfuerzo para encontrar en su propio sistema las respuestas que le faltan, pues nadie conoce la organización mejor que ella misma. En ese proceso, un consultor organizacional aporta, entre otras cosas, un proceso de observación e intervención que le permite, por una parte, ver cosas que están en el sistema de la organización, pero que sus miembros no pueden ver porque están demasiado cerca, y por otra, ayudarles a diseñar e implementar sus propios procesos de cambios.
Ni alzar upa, ni salvar, sino contribuir técnicamente a la gestión efectiva de los talentos dentro de la empresa, y/o en las organizaciones, pues la consultoría es ante todo como un método para optimizar las prácticas de gestión.
Piénsalo suficientemente, cuando vas a contratar los servicios de un consultor desde que intención o propósito lo haces, querés que te salve o que contribuya contigo y con tu organización a los propios procesos de Gestión.
También considera que si un consultor te dice que con él todo será diferente, distinto y mejor, que el “solucionará el problema, crisis o la situación” CUIDADO, podés estar frente a un Terrorista Organizacional, como diría mi maestro.
Cree en vos… cree en tu talento!!
¡Me encantó lo de la advertencia final! Estamos rodeados de gente que promete la solución mágica a todos los problemas cuando en realidad se trata de un trabajo codo a codo con el profesional. Es tan diferente decir «colaborar» o «trabajar juntos», aunque entiendo que mucha gente busca conscientemente a algún ser que solucione todos sus problemas… pero el que ama su negocio sabe que no hay buen resultado sin sudar por él 😉
¡Genial el artículo!